Hace
unos meses que retome los estudios, en esta oportunidad con una maestría en
Gestión Pública y durante estos meses de estudio fui aprendiendo mucho acerca
del estado, su organización, su estructura, la modernización de la misma, entre
otros, con docentes muy buenos y con algunos malos que manejan una enseñanza
nada empática con el alumno, pero como todo en este mundo se trata de superar
con lo que nos topamos. Entre estos, recuerdo a dos grandes docentes los cuales
nos decían que existe mucho trabajo por hacer en el sistema público, que la
corrupción y todos sus males se han apoderado de este sistema, uno de ellos nos
decía que la fase de la modernización del estado es la esperanza que se tiene
para erradicar poco a poco este mal, que con la creación de nuevas políticas
públicas estaremos cerrando ciertas brechas del estado. El segundo nos decía
que no solo el problema del sistema es generado por la persona que esta
vinculada directa o indirectamente con ella.
En
clase recalcábamos que el problema de la persona esta el famoso deber Ser de
cada uno, que la falta de valores y el escaso valor cultural eran los factores
de esta gran falla en el ser humano. Él nos hacia alusión a los niveles a los
que una persona debe llegar en su vida, que no solo se trata de se eficaces y
eficientes en lo que nos desenvolvamos, sino que nuestra misión es llegar a ser
consistentes y que significa ser consistentes pues lograr un entorno interno y
externo al servicio de la sociedad, logrando consistencia en todo lo que
hagamos y que esto que hagamos nos llene de felicidad al mismo tiempo, y se
preguntarán que tiene que ver esto con lo otro pues les diré, esto es parte de
en el ser humano, que si no trabaja en si mismo los malos resultados se ven
reflejados en estos malos actos cometidos día a día en nuestra sociedad. La
ética y la moral son fundamentales en todo este proceso del desarrollo del ser
humano, puesto que, en la ética, uno es juez y parte de su conducta, es
responsable de lo que hace conforme a su conciencia; en la moral, en cambio, se
refiere a normas impuestas por una sociedad, por lo que va cambiando de acuerdo
a la época.
Si es cierto que nacemos individuos, pero no sujetos
—y en el transcurrir nos trasformamos en tales—, resultan claves los principios
ético-cívicos, en el camino de convertirnos en personas respetuosas, con
dignidad y responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia la sociedad. Pero es
largo ese camino de ser ciudadanos libres, solidarios, participativos y capaces
de sostener criterios humanistas, de defender derechos y de cumplir deberes, en
una sociedad que castigue la falta de moral y de virtud, pero igualmente evalúe
y encuentre maneras de premiar los paradigmas. Nadie es perfecto pero esta en
uno mismo el deber ser que cada uno quiere lograr.
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